Riad, 17 de diciembre de 2024 — Los camellos han sido durante mucho tiempo un símbolo de importancia cultural y económica en la Península Arábiga, una conexión celebrada en el noveno Festival de Camellos del Rey Abdulaziz. Este festival, un tributo a la profunda relación entre los camellos y las comunidades árabes, arroja luz sobre el papel multifacético que estos animales desempeñan en el patrimonio de la región. Históricamente, los camellos han sido valorados no solo como fuente de transporte y leche, sino también como símbolos de resiliencia y adaptabilidad, cruciales para la supervivencia de los beduinos y otras comunidades del desierto. El festival destaca estos temas, mostrando el vínculo duradero entre los humanos y los camellos que se ha transmitido a través de las generaciones.
El informe de la Agencia de Prensa Saudita profundiza aún más en el intrincado sistema de nomenclatura utilizado para clasificar a los camellos en las diversas etapas de sus vidas. Las convenciones de nomenclatura reflejan el papel vital que los camellos desempeñan en la vida diaria y la comprensión matizada que la gente de la Península Arábiga ha desarrollado a lo largo de los siglos. Al nacer, un camello es conocido como "Hawar," un término que captura el intenso vínculo entre el camello recién nacido y su atenta madre, quien no se moverá a menos que esté acompañada por su cría. Esta fase dura hasta que el camello tiene alrededor de seis meses, durante los cuales es capaz de ponerse de pie dentro de unas horas después del nacimiento y comienza a caminar lentamente junto a su madre.
Entre seis meses y un año, el camello se llama "Makhlool." De uno a dos años, se convierte en "Mufroud," una etapa en la que comienza a mostrar independencia en el pastoreo y la bebida. A medida que el camello madura, de dos a tres años, se le llama "Luqai," simbolizando la conexión entre hermanos de diferentes partos. De tres a cuatro años, se le llama "Haq," marcando su transición a llevar cargas. El camello se llama "Jathaa" entre sus cuarto y quinto años, y entre los cinco y seis años, se le conoce como "Thinee," reflejando el reemplazo de su primer juego de incisivos.
Desde los seis hasta los siete años, el camello se llama "Rabaa," y desde los siete hasta los ocho años, se convierte en "Sudsis." Este sistema de nomenclatura no solo subraya el viaje del camello a lo largo de su vida, sino que también refleja su creciente importancia en el estilo de vida nómada de la región. Los camellos, en promedio, viven entre 25 y 30 años, y su longevidad los convierte en activos invaluables para sus dueños.
Más allá de la edad, los camellos también se nombran según su estado reproductivo. "Hail" se refiere a una camella que aún no se ha apareado, mientras que "Haqah" denota una camella embarazada, y "Khilfah" se usa para aquellas que han dado a luz. "Ma'ashar" describe a una camella en las primeras etapas del embarazo. Además de estos nombres basados en la edad y la reproducción, los camellos también se categorizan según el tamaño del rebaño al que pertenecen. "Zhoud" incluye grupos de 3 a 10 camellos, "Sarmah" consiste en 20 a 30 camellos, y "Hijmah" se refiere a grupos de 50 a 90 camellos. Los rebaños más grandes se categorizan como "Hanidah" (100 camellos), "Arj" (500 a 1,000 camellos) y "Jarjour" para rebaños que superan los 1,000 camellos.
Estas convenciones de nomenclatura no solo tienen un propósito práctico, sino que también encarnan la riqueza cultural y el profundo respeto que los árabes tienen por estas criaturas. El festival, a través de su tributo a los camellos y su papel fundamental en la sociedad árabe, subraya la importancia de preservar este aspecto único del patrimonio de la región, asegurando que siga siendo una tradición viva para las futuras generaciones.