
Washington, 5 de marzo de 2025 – Estados Unidos ha designado oficialmente al movimiento Ansarallah, ampliamente conocido como los hutíes, como organización terrorista extranjera. Esta decisión, anunciada por el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, marca un paso significativo en los esfuerzos continuos del gobierno de Estados Unidos para abordar el conflicto en curso en Yemen y los desafíos de seguridad regional más amplios. La designación sigue una directiva de principios de este año del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había pedido la inclusión del grupo en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO).
En su declaración, el Secretario de Estado Rubio enfatizó el compromiso del gobierno de Estados Unidos de exigir cuentas a los hutíes por sus acciones violentas y actividades desestabilizadoras en la región. La designación tendrá varias consecuencias, incluida la imposición de sanciones estrictas a las personas y entidades asociadas con los hutíes, así como restricciones a las personas u organizaciones estadounidenses que hagan negocios con ellos. Al etiquetar al grupo como organización terrorista, Estados Unidos pretende aumentar la presión sobre los hutíes y limitar su capacidad de llevar a cabo ataques violentos, en particular en Yemen, que está sumido en una devastadora guerra civil desde 2014.
Los hutíes, un grupo militante respaldado por Irán, han estado involucrados en un conflicto prolongado con el gobierno yemení reconocido internacionalmente, apoyado por una coalición liderada por Arabia Saudita. Las acciones del grupo, incluidos los ataques contra civiles, infraestructuras e intereses extranjeros, han contribuido a una de las peores crisis humanitarias del mundo. La decisión de Estados Unidos de designar a Ansarallah como organización terrorista se considera parte de una estrategia más amplia para aplicar presión diplomática y económica sobre el grupo para poner fin al conflicto y alentar una resolución política de la guerra.
La decisión ha atraído una importante atención internacional, con implicaciones no solo para Yemen sino para el Medio Oriente en general, donde los hutíes han sido un actor central en la lucha de poder regional entre Arabia Saudita e Irán. Se espera que la medida del gobierno estadounidense complique aún más las negociaciones de paz, ya que los hutíes pueden considerar esta designación como un obstáculo para las conversaciones con la comunidad internacional.
Si bien la designación es una clara señal de la desaprobación de Estados Unidos por las acciones de los hutíes, también plantea preguntas sobre el impacto humanitario en la población de Yemen, que ya está en dificultades. Los críticos de la medida han expresado su preocupación por la posibilidad de que pueda exacerbar el sufrimiento de los yemeníes comunes, que se encuentran atrapados en el fuego cruzado de la guerra civil.
Esta designación es la última de una serie de medidas estadounidenses destinadas a contrarrestar a los grupos extremistas y actores estatales considerados una amenaza para la estabilidad internacional. Al reconocer oficialmente a Ansarallah como una organización terrorista extranjera, Estados Unidos busca interrumpir la financiación y las capacidades operativas del grupo, al tiempo que señala su compromiso continuo de contrarrestar la influencia iraní en la región.